Aeternae laudis lilium
Por José Manuel Recillas
Para Lillian van den Broeck
… y escuche entonces las entrecruzadas voces,
el vago deambular de armónicos por su nombre
como quien hacia el fin del mundo va
y sólo hallara el misterio y a la noche,
el duradero instante en que lo inmaterial Es,
y venciese a la distancia y al olvido
volviéndose sentido y aleteo súbitos,
y todo por casi nada, una presencia
sin apenas testigos y palabras,
y así recorrerá ese nombre
las voces todas que apenas una son,
y la voz detrás de toda voz será el silencio
y el imperio que una vez todos perdimos
y oyéndolo, recuperamos…
7 de mayo, 2014
Me gusta el poema, lleno de profundidad y misterio, como la frase: …el duradero instante en que lo inmaterial Es,…
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Misterioso y bello poema. La espléndida escultura de Corradini le va muy bien.
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Preciosos…saludos.
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